Por Diego Gómez-Pickering e Ilan Kava
PERIÓDICO REFORMA
(05 10 2003).-
Desde hace más de un siglo recorre estepas, desiertos, cordilleras y lagos a través de los continentes europeo y asiático
REFORMA/ Enviados
MOSCÚ, Federación Rusa.- Pocos recorridos en el mundo encierran un halo de leyenda y misticismo como el Transiberiano, un tren que camina sobre durmientes llenos de historia, una ruta entre Moscú y Beijing en la que el pensamiento se pierde y la memoria recobra momentos que se creen olvidados, un viaje de aventura durante el cual más que la Plaza Roja o la Ciudad Prohibida el viajero se descubre a sí mismo.
Rusia es uno de los destinos más complejos y a su vez más atractivos del planeta; el país más grande del mundo ofrece una gama tan amplia de opciones que resulta difícil decidirse por un lugar en específico; pero si lo que en verdad quiere es adentrarse en sus vestigios más intrincados (desde la Rusia zarista hasta la moderna), pasando por el misticismo de Mongolia y China, el Transiberiano es la fórmula perfecta. Y qué mejor lugar para iniciar dicha aventura que la capital de todas las Rusias: Moscú.
Esta legendaria vía férrea recorre Siberia en su ruta Transiberiana; y Siberia, Mongolia y China en la Transmongólica y la Transmanchuria. No obstante, la ruta más turística e interesante es la Transmongólica, que conecta a Moscú con Beijing.
Construido en el siglo antepasado, enlaza las principales ciudades y regiones de Siberia y del Lejano Oriente con el centro de Rusia; el camino atraviesa siete husos horarios y lugares como Ekaterinburgo, Novosibirsk, Krasnoyarsk, Irkutsk, Jabárovsk, el Lago Baikal, el desierto del Gobi y la Muralla China.
La construcción del Transiberiano inició por órdenes del Zar Alejandro III, en un intento por unificar de alguna manera a la gigantesca nación que tenía bajo su poder; fueron muchos años de difícil y arduo trabajo, que a su vez implicaron graves consecuencias económicas y humanas para la Rusia de ese entonces. En 1837 se empezaron a construir los tramos férreos en las regiones centrales del país, pero no fue sino hasta 1870 que las vías llegaron hasta los Montes Urales, frontera natural entre Europa y Asia.
Los trabajos continuaron, para 1890 fue levantado un puente sobre el río Ural y el camino siguió adentrándose en territorio asiático, en 1898 el primer tren llegó a Irkutsk, ya en el corazón de Siberia, a orillas del lago Baikal, y finalmente a Vladivostok, punto final de la ruta.
Este singular tren ha sido a lo largo de su historia sinónimo de lujo, de poderío e incluso de decadencia, ha acompañado el ir y venir de una nación cuyas transformaciones en las últimas décadas han dejado una honda huella en el mundo; abordar el Transiberiano implica dar un paso atrás en el tiempo y ver pasar frente a sus ojos maravillas naturales y ciudades olvidadas. A bordo uno se convierte en testigo presencial de la historia rusa, cómodamente sentado en su cabina.
Transmongólica
Va de Moscú a Beijing (Pekín) pasando por Mongolia y su capital Ulan Bator.
Transmanchuria
Va de Moscú a Beijing (Pekín), sin pasar por Mongolia.
Transiberiano
Va desde Moscú a Vladivostok.
Todo ello en territorio ruso.
Ruta Transmongólica del Transiberiano
Transiberiano (9 mil 258 Km)
Transmongólica (7 mil 621Km)
Transmanchuría (8 mil 960 km)
Monday, July 11, 2005
TRANSIBERIANO 1
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